Proyecto Escapulario reimagina la herencia latinoamericana desde el rock
Proyecto Escapulario
No nació como una idea clara ni como un manifiesto musical. Surgió, más bien, como un ejercicio íntimo, casi secreto: escribir en español después de años de evitarlo. Así empezó "Algo En La Sangre”, el álbum debut de Proyecto Escapulario, el nuevo proyecto del músico costarricense Ariel Maniki, conocido por su trabajo en la escena gótica latinoamericana con Ariel Maniki and the Black Halos.
Lo que comenzó como una práctica personal pronto tomó forma de canciones. “Todo nació porque estuve escribiendo mucho en español, solo como ejercicio, y cuando ya las ideas y los apuntes comenzaron a tomar forma de canciones fue como algo natural”, nos contó Ariel en una entrevista. “Con esta idea buscar un lenguaje sonoro que se sintiera bien genuino y muy muy personal, y que además fuera muy versátil, pues todo este universo que es la musica latina me pareció no solo el camino mas adecuado y sino también super interesante” , agregó.
Durante más de veinte años, Maniki compuso y cantó en inglés. Retomar el español no fue solo un cambio de idioma, sino una puerta abierta a su identidad cultural y creativa. “El español es tan rico y tan ‘llegador’ cuando se exploran todas las opciones y figuras literarias que hay a la mano… Ahora, ya señor jeje, pasados los 40, creo que me tomo las cosas con más calma y me permito dedicarle el tiempo que sea necesario a un proyecto o a una letra si así lo merece”.
El disco, grabado entre 2022 y 2024, es una fusión de rock alternativo con géneros tradicionales latinoamericanos como el bolero, el son, la guajira, el tambito, el danzón o la cumbia. Las influencias del darkwave y el goth rock están presentes, pero no como centro estético deliberado.
En palabras de Ariel, cada canción fue como subirse a un bus sin saber para donde va. “Casi siempre comienzo por explorar algún ritmo tradicional, alguna base, y sobre eso ir agregando capas, armando el muñeco a ver que surge. Nunca hubo una intención de relacionar la música gótica con esto, si el rock, la guitarra con distorsión, los sintes, la batería contundente, pero lo gótico no sé, de hecho a mí me cuesta verlo así, supongo que para mí es algo ya muy natural, algo que está implícito en mi estilo hasta sin querer, y también es un poco como la lectura que la gente le ha dado. Pero el bus realmente sí parte sin dirección y sin etiquetas”, comentó.
El álbum no solo destaca por su propuesta estética, sino también por su proceso de producción. A partir de las maquetas iniciales, “Algo En La Sangre” fue tomando forma en colaboración con más de una docena de músicos costarricenses, cuyas contribuciones abarcan desde cuerdas, metales y percusiones hasta teclados, vientos y voces adicionales. “Cada persona desde su experiencia tenía el potencial de, de pronto, darle un giro inesperado a alguna canción o encontrar algo interesante que decir a través de su instrumento. Para mí siempre llega un punto que en las canciones se vuelven entes autónomos, y cada persona construye una relación diferente con cada canción, alguien puede encontrar en una canción mía algo que yo no sabía que estaba ahí o no había visto. Y esto pasa siempre con toda la música, pero en este caso fue bien intencional”, nos comentó.
De ese proceso colectivo emergió un núcleo estable que hoy conforma la banda: Ariel Maniki en voz y guitarras, acompañado por tres músicos con trayectorias que enriquecen la propuesta. En la guitarra, Noe Urtecho, en el bajo Daniel Kohkemper, y en la batería, Jorge “Zazz” Durán,
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Ariel nos contó que “Zazz y Daniel participaron en una cantidad importante de canciones y prácticamente definen mucho del sonido. Noé viene casi a cumplir una función como de extensión de mí mismo… Con estos elementos ya está la esencia y el corazón del proyecto”. La formación se mantendrá como base para futuras presentaciones en vivo, aunque Ariel adelanta que en los conciertos podrían sumarse otros instrumentos y músicos. “La idea del cuarteto es como al menos tener el arroz, los frijoles y la salsa Lizano para el pinto, y ya sobre eso vamos viendo qué más se le agrega”.
El nombre del proyecto remite a un objeto profundamente arraigado en la tradición popular latinoamericana. “Recuerdo que las abuelitas los tenían en un joyerito o los llevaban en el cuello… Para mí tienen un valor de tradición, de arraigo y herencia. Ese concepto conecta muy bien con toda la fusión y la exploración musical que estamos haciendo”. Esa misma visión está presente en el título del álbum: “Algo En La Sangre”, una expresión que alude a lo heredado, lo íntimo, lo que forma parte de nosotros incluso cuando no lo nombramos.
Cinco canciones del disco se lanzaron entre octubre de 2024 y febrero de 2025: “De Amor”, “Mary Posa Muerta”, “Si No Hay Misterios”, “No Somos Nada” y “La Luz”, todas con acompañamiento visual. El álbum completo fue publicado el 21 de marzo de 2025 y está disponible en plataformas digitales y en Bandcamp.
En Costa Rica se puede conseguir en formato físico (CD y casete) en la tienda Twistin Bones, y próximamente en vinilo gracias a una colaboración con Subsuelo Radio y el sello Cassettes Piratas.
Sobre lo que viene, Ariel anticipa que el grupo ya se encuentra ensayando con miras a futuras presentaciones: “Ya estamos en planes de chivear, ensayos, etc. Aún no hay fechas definidas, pero muy pronto. Hay muchas ideas, más canciones… ahí vamos sin prisa”.