Costa Rica recibió por fin a Evaristo: Cuatro décadas de la historia del punk resumidas en dos horas
Por Max Arce Mora
Veinte años después de la desaparición de La Polla Records, por fin se nos hizo: los costarricenses pudimos ver en vivo a Evaristo Páramos, leyenda del punk en español. Black Line Producciones se puso la camiseta y trajo a nuestro país a uno de los exponentes más históricos del género. Y aunque la gira vino bajo el nombre de "Evaristo", en realidad fue un repaso crudo y vibrante por todas las bandas en las que Evaristo ha participado: La Polla Records, The Kagas, The Meas, Gatillazo y Tropa do Carallo.
Evaristo en Costa Rica. Fotos por Max Arce
Hablando con un amigo, me preguntó por qué no vino solo como Tropa do Carallo. La respuesta es sencilla: esta forma de presentarse es la más natural para recorrer toda su trayectoria. Este domingo 15 de junio tuvimos la oportunidad de revivir grandes clásicos del punk, mezclados con sus nuevas propuestas. Fue una noche donde la memoria, el desahogo y la música se dieron la mano.
El día comenzó soleado, lo que ayudó a muchos fans que estaban haciendo fila desde las 8:00 a. m. Ya en la tarde, la lluvia se hizo presente, pero no fue obstáculo. A las afueras del Palacio de los Deportes en Heredia, las filas, los grupos en los bares cercanos y las conversaciones llenas de emoción anunciaban lo que venía.
A las 6:50 p. m, Bastardos Oi, banda costarricense, abrió el espectáculo con una descarga de 45 minutos cargada de actitud. Su presentación fue el calentamiento perfecto para lo que venía.
Evaristo en Costa Rica. Fotos por Max Arce
Abel Murua en Costa Rica. Fotos por Max Arce
A las 8:00 p. m. subieron al escenario Tripi, Alberto, KaKo, Abel (si el bajista de la Polla también estuvo acá) y Evaristo. Como si se tratara de una invitación íntima, arrancaron con una canción que nos devolvió edades ya jugadas: Nuestra alegre juventud. La segunda fue O… esclavos de Tropa, que dejó claro desde el inicio que esto no sería solo un set de La Polla Records. Fue un repaso por toda la vida musical de Evaristo.
Sonaron canciones como Delincuencia, Come libertad, Así es la vida, La gran engañada y otras joyas que muchos jamás creímos escuchar en vivo. En el punto medio del show, sonó el himno: No somos nada, de La Polla Records, momento cumbre del concierto. Muchos llevábamos más de 30 años esperando ese instante.
La lista siguió con Los 7 enanitos, Campos de concentración, La última patada, La Solución final, Perjudicados, Toda la puta vida igual y varios otros himnos, con algunos guiños a Gatillazo y Tropa do Carallo, como Pijos powres.
El escenario vibró al unísono con Salve, una de las canciones más icónicas de Evaristo, que en el pasado solía abrir sus conciertos. A las 9:40 p. m. empezó el cierre: Carne pa la picadora, Vente a la mierda, Esclavos del siglo XXI y, finalmente, Ellos dicen mierda, que fue coreada con fuerza por todos los asistentes.
En uno de los momentos más punk de la noche, Evaristo bajó al público. Lo que siguió fue caos puro: empujones, pellizcos, jalones de orejas, abrazos. Su camiseta terminó hechas trizas. Pero él, como siempre, salió vivo. Y sonriendo.
Evaristo en Costa Rica. Fotos por Max Arce
Fue una noche que los punks costarricenses atesorarán para siempre. Porque, aunque a Evaristo no le guste que se lo digan, ha sido una figura determinante en la vida de miles de personas.
El Palacio de los Deportes tiene sus limitaciones técnicas, especialmente en sonido. Pero esta vez, la nostalgia y la emoción fueron más fuertes. Nadie se quejó. Nadie quería que terminara.
No sabemos si esta será su última visita. Lo que sí es seguro es que Costa Rica fue una de las paradas afortunadas en esta gira que ya pasó por Chile y Colombia, y que ahora se dirige a México. Y nosotros... fuimos parte de la historia.
